Hay cosas que sabemos por sentido común que nos benefician a todos. Dormir lo suficiente, comer saludable, hacer ejercicio frecuentemente... Igualmente hay prácticas que nos parecería obvio que deberían formar parte del desarrollo integral de todos los niños y jóvenes para que alcancen todo su mayor potencial. Podríamos decir que es importante que estudien, que aprendan a amar el conocimiento y ser ciudadanos solidarios, productivos y de bien.
Pero, ¿qué tipo de educación nos lleva por ese camino, a alcanzar esa meta? Siempre he pensado que las artes deben ser una parte integral de todos los procesos de educación y formación de todas las personas. Además de las artes plásticas (pintura, dibujo, escultura, etc.), la música, y el teatro, la danza es una disciplina maravillosa que nos permite acercarnos al mundo, al aprendizaje, a nosotros mismos y a los demás, de una manera muy particular y única.
La danza y el movimiento creativo, le permiten a los niños y niñas la oportunidad de conectar todas las artes en una sola disciplina a la vez que también se produce un aprendizaje significativo. Esto como resultado de los enlaces y puntos de encuentro entre lo académico, lo artístico y lo lúdico, ese espacio de estrategias de juego y diversión, que permiten alcanzar objetivos muy específicos y cuidados.
A fin de cuentas, podemos citar beneficios innumerables de una educación holística con la danza como punto de partida. Por citar algunos ejemplos tenemos que la danza, como actividad esencialmente física que es, ayuda en el desarrollo del tono muscular, la flexibilidad y la coordinación, a la vez que es una aliada contra el sedentarismo y la obesidad infantil. La danza y el movimiento creativo nos permiten desarrollar en los niños destrezas socio-emocionales y afectivas que los acompañarán a lo largo de toda su vida. Por medio del arte de la danza los niños y niñas fortalecen su autoestima, aprenden a reconocer y controlar sus emociones, a compartir y a trabajar en equipo, entre otras tantas cosas.
Asimismo, la danza es un arte que sirve de terreno común para el aprendizaje interdisciplinario. Por medio de la danza se pueden enseñar elementos y temas de prácticamente todas las materias. Y lo extraordinario de todo esto es que es un aprendizaje vivido el que se adquiere por medio de la danza. En el ejercicio de la danza está envuelto eso de lo que nos habla John Dewey acerca de "aprender haciendo". Es el tipo de aprendizaje que surge de la experiencia, de la conexión entre cuerpo, mente y emociones/espíritu en un instante que permanece con uno para siempre.
Por donde quiera que la miremos, la danza es buena y beneficiosa para tod@s. Anda, llevemos la danza a cada rincón, centro y espacio educativo. ¡Hagamos que nuestros niños se muevan, sientan, exploren... el mundo a su alrededor!